Hijo del Amaru

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Se inmutaron las montañas
cuando el universo tembló,
haciendo estallar su grito
arribó el indómito Qorilazo,
como el legendario Anqoayllu
abrió el pecho del ocaso
y como el águila sideral
rompió los silencios del pajonal.

Se puso de pie la multitud
cuando llegó el hijo del Amaru,
Walaycho entró a la plaza
con su poncho rojo “lechucero”,
como queriendo beber su sangre
jugueteó con el Mishito
y como insinuando conocer la muerte
apareció en las astas del toro.

Repicó y repicó la María Angola
evocando ayatakis fúnebres
y la muchedumbre reunida
imploraba al Apu Qaqansa
¡No mueras Qorilazo hermanoooooo…!
¡Viva Pancho Gómez Negróonnn….!;
en ese momento reventó el rayo
Walaycho se levantó y muy valiente
puños en alto, saludó a los chumbivilcanos.

¿Donde anduviste Qorilazo
mientras el wayanay desplegaba su vuelo?
¿platicabas con el tayta Inti
o secabas los sollozos de la Luna?
desde que partiste hermano
estamos aquí, junto a nuestro pueblo
haciendo crecer la furia
hasta que raye la aurora.

Parawayraq chawpinpi / Entre la lluvia y el viento 2019
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