Edwin Ramos Flores

Edwin Ramos Flores

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Andamarca, Lucanas, Ayacucho (Perú), 1977. Licenciado en Educación en la especialidad de Lengua Española y Literatura por la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle “La Cantuta”, con maestría en Docencia Universitaria por la misma universidad. Docente universitario con experiencia en cursos de redacción y creación literaria, actualmente labora en la Universidad Peruana Cayetano Heredia y la Universidad Tecnológica de Lima Sur.

Edwin Ramos es bailarín. Él participa activamente en el baile tradicional de “Qayra” junto a los jóvenes y señoritas en la limpieza de la sequia, luego en la gran “Fiesta del agua” que se celebra todos los años, durante dos noches completos se baila sin descansar. Por otro lado, en la época de carnavales, participa en el baile de “Chimaycha” junto a los jóvenes y señoritas bailan durante tres noches y tres días en medio de la lluvia.

Ramos Flores también ha participado en recitales poéticos y como conferencista en literatura andina. En su producción literaria se destacan los poemarios Wamanipa yawarnin/La sangre del wamani (2015) y Achikyaq sullacha/El rocío del amanecer (2008). Ha recibido reconocimiento por su producción poética con la Mención Honrosa en el Concurso Nacional de Poesía en Lenguas Originarias (2019) organizado por la Defensoría del Pueblo y como finalista en el Concurso Nacional de Poesía Quechua (2011) auspiciado por la Universidad Nacional Federico Villarreal.

“La agonía del violín: Despedida al maestro Juan Caccha de Sondondo”. en Revista Hawansuyo, 9 de julio, 2020.

Otras obras del autor/a

La agonía del dansaq

Gran bailarín y aguerrido danzante de tijeras,
Fortalecido con las fuerzas de nuestras tierras retoñabas como la vegetación abundante
Vigoroso y agilito caminabas en aquellos tiempos del resurgimiento andino
Tu presencia y tus pasos en la plaza ya brillaban como la mañana que resurge de la noche
Como el nuevo día que aparece desde la aurora irradiaba tu carita en el firmamento
Hasta tu aliento despertaba nuestros corazones dormidos
Desde los tiempos remotos ordenabas nuestras costumbres milenarias
Ya sea en el frío, en el calor o en las heladas defendías nuestras danzas
Hacías aparecer a los nuevos bailarines como el relámpago brillante
Excluías a quienes dañaban nuestra cultura para que el hombre andino se levante
Con tu presencia alegre opusiste resistencia al castigo ajeno
Venciste a los que nos desarraigaban y te fuiste bailando como la brisa suave
Dando vueltas enseñoreadas hacías retroceder a los extranjeros para que ellos deliren de miedo
Aún en la agonía de tu corazón, bailabas el canto del triunfo.

Hacías brillar la obra de nuestros abuelos como el agua limpia de los rocíos sonrientes
Nuestras danzas retumbaban como el río estridente de los inviernos
Para que nuestras querencias perduren hasta la eternidad.

Fortalecido todavía con el aliento vibrante de nuestra madre tierra
Hasta temblando de las amenazas extrañas mantenías viva la esencia de nuestros pueblos
Hasta en las épocas de escasez te levantabas bebiendo tu saliva agria
Hasta en los tiempos de la destrucción estabas resistiendo la imposición foránea
Calmaste a nuestros rebaños en la oscuridad cuando estaban perdidos
Hasta en el borde de la muerte, tu corazón agonizante no se apagaba
Más bien resurgías aguerrido contemplando las cuestas empinadas
Para que las nuevas generaciones continúen practicando tu baile milenario.

Danzante mágico y ataviado de colores,
Irradiando como las estrellas resurgías desde las nubes densas
Cuando aparecías por arriba o por debajo de las cumbres
Tus hermanos y tus hijos a tu encuentro llegamos
Para bailar con un solo sentimiento y un solo corazón
Todos alegres estamos presenciando el retorno del gran día
Hasta los sufrimientos y la escasez de alimentos se esfumaron
Y los pueblos hermanados en este encuentro estamos cantando en tu nombre
Hasta nuestros gritos como el sonido del río está alegrando a todo el pueblo
Ahí no más juntos reunidos estamos bailando de alegría
El sufrimiento del dansaq en este mundo hace brotar una nueva vida para todos.

Amor entre retamas

Sentada en la piedra grande del río
como sirenita encantadora de las cataratas
Me mirabas en silencio
Parecía que adivinabas mi pensamiento
para ratificar el amor que yo sentía por ti.

Cómo no voy a desear tu carita rosada
tus mejillas finísimas cual duraznos brillantes
acariciarlas tiernamente quería en todo momento
hasta tus ojitos chinitos me hacían suspirar de emoción
y las maripositas que divagaban en las riberas
eran testigos cuando por primera vez
sentí la dulzura de tus labios.

En ese día luminoso nuestros corazones eran recíprocos
porque los dos conjugamos nuestros sentimientos
tu aliento y el mío se confundieron en una promesa.

Yo te amé en medio de las retamas aromáticas
Sabíamos que nuestro romance prosperaría
como un nido de las palomas enamoradas
y mirábamos con mucho anhelo el futuro que nos deparaba.

Ahora que transcurrió el tiempo
está latente el perfume de tus besos con olor a las dalias
nuestro tierno amor vibra y retoña en cada suspiro y brillando como las florecillas
cuando en medio de las retamitas te amaba demasiado.

El Misitu de Arguedas

Tayta Arguedas,
desde el hanan pacha estás contemplándonos
que esta noche de relámpagos estamos bailando y entonando
tu canto de toro velay que vibra en nuestros corazones
Mientras tu melodía en honor a tu Misitu estremece en la voz de la multitud,
nuestros comuneros cerca del wamani Qarwarasu ya están anunciándote
Ahora mismo la chicha y coquita están ofrendando
Para que les conceda la salida de tu Misitu.

Desde la pampa Qoñani tu Misitu se erige con sus ojos azulados
como el puma que asecha a su presa
Desde su morada, tu illa se prepara para defender su manada
y mueve su cabecita a nuestro tayta wamani como preguntando su destino.
Al ritmo de los zurriagos y el chillido de los waqrapukus
tu Misitu inicia su danza mágica en la explanada de su querencia.
Caminando entre los pedregales y pajonales se refleja en el agüita del puquial
Avanza y retrocede como invitando al compás de su baile enseñoreado
El ayer y el hoy se reencontrarán en esta linda convivencia
para abrirse a un nuevo resplandor.

Qué aguerrido y bravo tu Misitu nos miraba para un costadito
hasta su cola despampanante flameaba como los zurriagos del ganadero
hasta sus cuernos puntiagudos como el arco iris estaban brillando
a quién corneará cuando mañana juegue en la plaza del toril
De quién su sangre beberá para alimentar sus entrañas.

Cuando la melodía del waqrapuku resuena en el pueblo
Lleno de furia y coraje tu Misitu ingresa a la plaza de toros
Con qué fuerza respira y brama frente a los espectadores enmudecidos
Pisotea, corretea y se prepara para embestirlos como al diablo.
Con sus pasos y movimientos revive nuestra yawar fiesta.

Tu canto del toril aviva nuestra querencia, tayta Arguedas
Con el arpa y el violín entonando estamos en la tierra que engendra tus sueños
y tu Misitu disfrutando la gran celebración con tus hermanos forjadores.

Tayta Arguedas,
Tu Misitu adornado con su enjalma multicolor volverá a su estancia
Embriagado con nuestra música y los cantos de despedida
Rejuvenecido y fortalecido se enrumba por la senda para ingresar a su morada
Qoñani cual madre cariñosa abre sus brazos para abrigar a tu Misitu
Ahí mismito vivirá retoñando nuestra cultura.

Te amo, rocío resplandeciente

Te callas
 Te enojas
  Te separas
   Te marchas
    Te resistes
     Te muestras indiferente
      Aún así
       Te busco
        Te sigo
         Te imploro
          Te necesito
           Te llamo
            Te tengo
             Te amo,
              rocío resplandeciente.

Cuando te quise                  Te reías todavía
Cuando te amé                   Deseabas otra vez aún
Cuando te besé                   agitabas con prisa
Cuando te acaricié                Suspirabas con más emoción

               Me mirabas con asombro
               Me llamabas con ternura
               Te asomabas con buen deseo
               Para unirnos en un solo sentimiento.