Ayacucho

Picaflor esmeralda

iOh Sol, oh Luna, alumbrad mi camino!
No bajes tan temprano Sol, alumbra todavía.
Tarda un poco, Luna,
es lejos mi destino, tengo miedo a la sombra.

Picaflor esmeralda, oculta tus alas doradas,
no me atajes, picaflor esmeralda;
cual paloma que ha perdido a su polluelo
me está buscando mi madre;

¡Oh cilili, cilili, hermosa flor!
ya ves cómo lloro,
gritando como los ríos,
como los vientos; ¡hay hermosa flor!

El chirrido del tren

Oigo el chirrido del tren
que viene de lejos
perturbando
mis dulces sueños.
Llevándome al serpenteo
de sus vías accidentadas.

El chirrido se perdió
En la noche oscura.
Solo el canto del río hablador
con sus golpes furiosos
como golpes del alma
vienen presagiando pesares.

Como alaridos del tiempo
oigo los ecos y suspiros
de mi alma atormentada.
Busco zafarme
de estas bridas
que me atan a la nada.

¿Dónde encuentro un amor
para asirme a él?

¿Quién soy?

En el fulgor de la luz busco mi sombra,
al verme tiemblo,
y en silencio escucho
tu corazón.

En las barbas del sol
se queman mis sueños.
Cenizas de colores del firmamento
me cubren hasta llegar la noche.

La fuerza de las montañas
sin piedad me abandonan.
Con lágrimas saladas
lavo mis efímeros rastros.

Danzando con gozo infinito
te espero.

Ya sabes ahora
¿quién soy?