Ayacucho

Chocita

Pequeñita
la puerta de mi choza
donde cabe
solo un suspiro
que despacito entra
con los brazos extendidos
para besar el amor
que en la tullpa espera

Encenderemos
nuestros fuegos
Los humos
confundidos
con la noche
ambularán
en secreto

No nos descubrirán

Al abrirse la luna
habremos apagado
el dolor de volver
Quién sabe
será la última vez.

Tus latidos
se recogerán
en mi pecho
Al amanecer
escalaré la partida

Ojalá
pueda volver.

Hoja desprendida

En los amarillos del
ocaso donde muere el
día encargué al viento
que guarde tu nombre
hasta mi retorno

Escarbé a ciegas
obscuros caminos
buscándote.
Luciérnagas
gritándome
No lo vi pasar
nunca lo vi.

Sobre praderas
desnudas de viajante
peregrino
mis castigados
andares cayeron
en el espanto

Angustias
interminables
opacaron mis débiles
fuerzas.
Volé por los aires
bajo el surco abierto
que deja huella en el
mismo cielo
para buscarte
Hermosa hoja
desprendida

He salido con el sol
de verano
lloviéndome estos
inviernos de
congeladas nostalgias.
Todo es desolación.

A mi paso he visto
diez, cien, mil
caminantes como yo
llevando en sus
alforjas
ilusiones
copiosamente
silenciadas.

Es la nada de los
caminos
El elipsis de los
tiempos.

Busco la flor silvestre
que regué con
lágrimas
encargaré tu fuerza
y mi fuerza
en sus pétalos
para decir que
¡Te he de encontrar!
¡Te encontraré!
Aunque la vida me cueste. ¡Te encontraré!

La agonía del dansaq

Gran bailarín y aguerrido danzante de tijeras,
Fortalecido con las fuerzas de nuestras tierras retoñabas como la vegetación abundante
Vigoroso y agilito caminabas en aquellos tiempos del resurgimiento andino
Tu presencia y tus pasos en la plaza ya brillaban como la mañana que resurge de la noche
Como el nuevo día que aparece desde la aurora irradiaba tu carita en el firmamento
Hasta tu aliento despertaba nuestros corazones dormidos
Desde los tiempos remotos ordenabas nuestras costumbres milenarias
Ya sea en el frío, en el calor o en las heladas defendías nuestras danzas
Hacías aparecer a los nuevos bailarines como el relámpago brillante
Excluías a quienes dañaban nuestra cultura para que el hombre andino se levante
Con tu presencia alegre opusiste resistencia al castigo ajeno
Venciste a los que nos desarraigaban y te fuiste bailando como la brisa suave
Dando vueltas enseñoreadas hacías retroceder a los extranjeros para que ellos deliren de miedo
Aún en la agonía de tu corazón, bailabas el canto del triunfo.

Hacías brillar la obra de nuestros abuelos como el agua limpia de los rocíos sonrientes
Nuestras danzas retumbaban como el río estridente de los inviernos
Para que nuestras querencias perduren hasta la eternidad.

Fortalecido todavía con el aliento vibrante de nuestra madre tierra
Hasta temblando de las amenazas extrañas mantenías viva la esencia de nuestros pueblos
Hasta en las épocas de escasez te levantabas bebiendo tu saliva agria
Hasta en los tiempos de la destrucción estabas resistiendo la imposición foránea
Calmaste a nuestros rebaños en la oscuridad cuando estaban perdidos
Hasta en el borde de la muerte, tu corazón agonizante no se apagaba
Más bien resurgías aguerrido contemplando las cuestas empinadas
Para que las nuevas generaciones continúen practicando tu baile milenario.

Danzante mágico y ataviado de colores,
Irradiando como las estrellas resurgías desde las nubes densas
Cuando aparecías por arriba o por debajo de las cumbres
Tus hermanos y tus hijos a tu encuentro llegamos
Para bailar con un solo sentimiento y un solo corazón
Todos alegres estamos presenciando el retorno del gran día
Hasta los sufrimientos y la escasez de alimentos se esfumaron
Y los pueblos hermanados en este encuentro estamos cantando en tu nombre
Hasta nuestros gritos como el sonido del río está alegrando a todo el pueblo
Ahí no más juntos reunidos estamos bailando de alegría
El sufrimiento del dansaq en este mundo hace brotar una nueva vida para todos.

Amor entre retamas

Sentada en la piedra grande del río
como sirenita encantadora de las cataratas
Me mirabas en silencio
Parecía que adivinabas mi pensamiento
para ratificar el amor que yo sentía por ti.

Cómo no voy a desear tu carita rosada
tus mejillas finísimas cual duraznos brillantes
acariciarlas tiernamente quería en todo momento
hasta tus ojitos chinitos me hacían suspirar de emoción
y las maripositas que divagaban en las riberas
eran testigos cuando por primera vez
sentí la dulzura de tus labios.

En ese día luminoso nuestros corazones eran recíprocos
porque los dos conjugamos nuestros sentimientos
tu aliento y el mío se confundieron en una promesa.

Yo te amé en medio de las retamas aromáticas
Sabíamos que nuestro romance prosperaría
como un nido de las palomas enamoradas
y mirábamos con mucho anhelo el futuro que nos deparaba.

Ahora que transcurrió el tiempo
está latente el perfume de tus besos con olor a las dalias
nuestro tierno amor vibra y retoña en cada suspiro y brillando como las florecillas
cuando en medio de las retamitas te amaba demasiado.

El Misitu de Arguedas

Tayta Arguedas,
desde el hanan pacha estás contemplándonos
que esta noche de relámpagos estamos bailando y entonando
tu canto de toro velay que vibra en nuestros corazones
Mientras tu melodía en honor a tu Misitu estremece en la voz de la multitud,
nuestros comuneros cerca del wamani Qarwarasu ya están anunciándote
Ahora mismo la chicha y coquita están ofrendando
Para que les conceda la salida de tu Misitu.

Desde la pampa Qoñani tu Misitu se erige con sus ojos azulados
como el puma que asecha a su presa
Desde su morada, tu illa se prepara para defender su manada
y mueve su cabecita a nuestro tayta wamani como preguntando su destino.
Al ritmo de los zurriagos y el chillido de los waqrapukus
tu Misitu inicia su danza mágica en la explanada de su querencia.
Caminando entre los pedregales y pajonales se refleja en el agüita del puquial
Avanza y retrocede como invitando al compás de su baile enseñoreado
El ayer y el hoy se reencontrarán en esta linda convivencia
para abrirse a un nuevo resplandor.

Qué aguerrido y bravo tu Misitu nos miraba para un costadito
hasta su cola despampanante flameaba como los zurriagos del ganadero
hasta sus cuernos puntiagudos como el arco iris estaban brillando
a quién corneará cuando mañana juegue en la plaza del toril
De quién su sangre beberá para alimentar sus entrañas.

Cuando la melodía del waqrapuku resuena en el pueblo
Lleno de furia y coraje tu Misitu ingresa a la plaza de toros
Con qué fuerza respira y brama frente a los espectadores enmudecidos
Pisotea, corretea y se prepara para embestirlos como al diablo.
Con sus pasos y movimientos revive nuestra yawar fiesta.

Tu canto del toril aviva nuestra querencia, tayta Arguedas
Con el arpa y el violín entonando estamos en la tierra que engendra tus sueños
y tu Misitu disfrutando la gran celebración con tus hermanos forjadores.

Tayta Arguedas,
Tu Misitu adornado con su enjalma multicolor volverá a su estancia
Embriagado con nuestra música y los cantos de despedida
Rejuvenecido y fortalecido se enrumba por la senda para ingresar a su morada
Qoñani cual madre cariñosa abre sus brazos para abrigar a tu Misitu
Ahí mismito vivirá retoñando nuestra cultura.

Te amo, rocío resplandeciente

Te callas
 Te enojas
  Te separas
   Te marchas
    Te resistes
     Te muestras indiferente
      Aún así
       Te busco
        Te sigo
         Te imploro
          Te necesito
           Te llamo
            Te tengo
             Te amo,
              rocío resplandeciente.

Cuando te quise                  Te reías todavía
Cuando te amé                   Deseabas otra vez aún
Cuando te besé                   agitabas con prisa
Cuando te acaricié                Suspirabas con más emoción

               Me mirabas con asombro
               Me llamabas con ternura
               Te asomabas con buen deseo
               Para unirnos en un solo sentimiento.

El chirrido del tren

Oigo el chirrido del tren
que viene de lejos
perturbando
mis dulces sueños.
Llevándome al serpenteo
de sus vías accidentadas.

El chirrido se perdió
En la noche oscura.
Solo el canto del río hablador
con sus golpes furiosos
como golpes del alma
vienen presagiando pesares.

Como alaridos del tiempo
oigo los ecos y suspiros
de mi alma atormentada.
Busco zafarme
de estas bridas
que me atan a la nada.

¿Dónde encuentro un amor
para asirme a él?

Éxodo

La niñez
pasea con el abuelo
en el final de su tiempo

mis pies
inauguran calzadas en el monte

y el éxodo comienza

¿Hasta dónde caminar?
¿Qué comer?
¿Qué darle a los niños?
¿Qué de vientres virginales?
violados en días sin luz?
¿Qué de las vidas germinadas
entonces?
¿ Dónde sus nombres?

Las verdes ojas de coca
recorren ciegas
y esconden
en el pajonal
sus andares

Las mujeres
resisten sus penas
son el filo de un hielo
sin retorno

Los ojos pequeñitos del molle
cobijan inocencia
temerosa
avanza mi legión
legitimando el despojo

Y todos
caminamos
en ruecas lastimadas
hilando desconciertos

Mundo del silencio, Mundo del vacío

Desconocidos caminos
llevan mis delirantes pasos
buscándote
hermano desaparecido

Para quien
penitente camina
piedras y espinas
alfombras son

En los andares de caminos rocosos
desde el fondo de surco seco
que regué con lágrimas
va naciendo una flor

Como el sol
que apaga su luz
después de sus andares
abatida por esta gran pena
espero
que salga
la madre
luna.

Sin descansos
encargo al viento mis penas
sobre la piedra
para que las guarde
en el mismo corazón
de la roca

¿Dónde estarás querido amigo?
¿Dónde, paisano mío?
¿Dónde estás hermano querido?
¿Quién te llevó a viva fuerza?

Aves agoreras me dicen
que tus huesos
flotan en ríos de sangre
que en espinas quedaron
enredados tus cabellos

(Canto)
“Ay tuytunki
yawar nayupis
tuytunki”

Me dicen también
que ahora no solo
existen cielo, tierra e infierno.
Me dice que del herido corazón
de Ayacucho
nació un mundo
desconocido.
El mundo
del vacío

Quienes tanto amas
han sido espoleados
vendados los ojos
al río de aguas pardas
que corre en las entrañas
de la tierra

Desfallecida por la negra sentencia
de la enlutada lechuza
sentí posarse en mi hombro
un colibrí de alas doradas-
Ese ave que jamás vuela por las noches
me cantó al oído
diciéndome

Su nombre
no se va apagar
no se hará cenizas
mientras que tu corazón
y tu alma con fuerza
se aferren a él

Ha de volver
abrazado de estrellas
con la luz del sol
a la sombra de la luna.
Ha de volver

Ponerte de pie precisa
nunca de rodillas
humillado jamás, Madre.

Haremos parir
ese mundo
del vacío
en el renovado aliento
de esperanzas

Para que nunca
Jamás
nadie
traiga de vuelta
la desgarradora muerte

Desatando el enovillado hilo
tomo todas las fuerzas
sin mirar atrás
y me pongo
de pie

Es mi grito
¡Vuelve! ¡Vuelve!

Yo corazón de mujer
madre de todas las madres
oigo el llanto desgarrador
diciéndome

Une madre mis pies, mis dedos
cortados por negras manos
devuelve mi cabeza
mis brazos

(Canto)
“Colibrí alas
de oro
Dónde estás?”

Aquí estoy estoy
Esperándote madre mía
aquí mismo
cerremos con mis alas
y para siempre
ese mundo del vacío
que nunca más se trague
a tus amados
hijos.

(Canto)
“Vamos caminemos madre
busquemos a tus hijos”

Renacerá la vida
vendrán mejores tiempos

Así ha de ser.
Asimismo.