Diáspora Quechua

El sueño del migrante

El extranjero te permite ser tú mismo al hacer de ti un extranjero.
Edmond Jabès

Migrar hacia un pueblo desconocido
es sostenerse de otra lengua
nacer de nuevo y balbucear.
Es aferrarse, aún más, a tu lengua primordial
a la pequeña patria que en ti palpita.

“Cuando la noche obnubila mi razón
todo se enreda
como si yo fuera tú
como si tú fueras yo.”

Luego con tus manos sirvo
y con mis manos recibes.
Una sola tristeza un único sonrojo una sola persona.
Entonces nos entregamos al canto:
“Oh vida, vida mía
Oh suerte, suerte mía…
Como el vasito de cristal
una sola vida…
Como el vasito de cristal
una sola suerte…”

Pastor

Tú no ves más que doscientos animales idénticos.
Yo conozco inclusive sus maneras de reírse.
Sí, se ríen.
Entrelazan sus pescuezos con el viento y danzan.

En las inhóspitas y desoladas montañas
en los caminos silenciosos y foscos
cotidianamente juntos caminamos
a veces ellos, a veces yo, lideramos la marcha.

Como los cánticos dolientes de Sebastián Bach
se dispersan…
Unas veces raudos y otras, calmos
hasta que sobre nosotros desciende la noche.

Cuando llegue el día establecido
a la madre tierra expresaré mis reconocimientos
a mi animalillo, mis gratitudes
y lo degollaré.
No desperdiciaré, una gota de su sangre…

Tan solo nosotros conocemos este mandato recíproco.
Tan solo nosotros sabemos quiénes somos
y aunque lloremos con esto, nos regocijamos un poco.

En las silenciosas dehesas,
yo soy el pastor.

Hermosa donzella

Hermosa donzella
Aquese tu hermano
El tu cantarillo
Lo esta quebrantando,
Y de aquesta causa
Truena y relampaguea,
También cayen rayos.
Tu, real donzella
Tus muy lindas aguas
Nos darás lloviendo;
Tambien a las vezes
Granizar nos has
Nevarás asi mesmo
El hazedor del mundo,
El Dios que le anima
El Gran Vira cocha
Para aqueste oficio
Ya te colocaron
Y te dieron alma.

Qichqa

Upallallam uraykurqani, qarkasqa pata-patapi urmaykurqani, wichiykurqani.
Ñawiyta kicharitpiy, Aliphta qawarqani. (Jorge Luis Borges)

Kanmi huk pata
chaymantam kawsay qawachikun.
Manam chayqa kuchupichu, altupim.
Chaypim tupan llapa ima riqsisqanchik
ima musyasqanchikpas.
Sutinmi qichqa.

Chaypim yachaqkuna
yuyay maskaqkunapas
sayanku.
Chaypim chiqaq tarikun.

Chaymantam quchapas qucha
chaymantam urqupas urqu
chaypipunim pachapas pacha.

Simi

Mis palabras no pueden superar las cosas que haces
mi ociosa lengua
escribe para la extinción

Mis palabras no pueden contener lo que eres
temblor de espinas
lo absoluto no existe

Mis palabras son incapaces de alcanzar tu partida
convocar mi dolencia
decir fuego

Iskay Qucha

Huk wachwa urqumanta pawan
yanantin.
Sunquypiñataq, lasta.

Iskay wachwam
qucha ukunpi.
Musquyniypiñataq:
“atiparuwankum”
qillqaykunki.

Wachwakuna uñankunata
rapran ukunpi apanku,
pakaspalla.
Qillqanayawanmanñachus?

Hukmanyasqa wayrata musyaspa
yuraq-yanalla
pawaykachankunku.

Kay law qucha patanpiñataq
harawiykunallaña,
yupinkunahinas
allimanta
chin kan qa.

Chinkana

Car il faut s’amuser, continua le marquis, il n’y a que cela de réel dans la vie1
(Le rouge et le noir, Stendhal)

Chinkana machaykunaman riq.
Mana riqsisqa ñankunaman
atipakuq!
Mana qasilla kaq
kita!
Mana takyay atiq
sallqa!
Millay!

1Kusikunanchikmi, qatiykachin marqkisqa, chayllam chiqaq kay pachapiqa.
(Pukawan yana, Stendhal)

Retamita

Retama- retamita,
Florcilla amarilla en la orilla del río,
si tuvieras piecitos te escaparías de la helada,
no dejarías quemar tus lindas flores de retama,
seguirías con tu rostro de manzanita roja.

Retama-retamita,
florcilla amarilla en la orilla de los ríos,
si tus ojos fueran negros, como los míos,
juntas lloraríamos perla tras perla,
«chilinn-chillin» gotearían a la madre tierra,
entonces escucharías nuestros torcazas:
aprenderían a conocer la tristeza de las mujeres,
sabrían como se malgasta las lágrimas de las mujeres.

Retama- retamita,
Retamita del rio cristalino,
Si tuvieras boquita de mujer,
que linduras no desgranaríamos,
nos secreteáramos nuestras vidas de solteras-manzanas,
también te diría quien deshoja nuestras flores,
te señalaría quien marchita nuestras semillas.
Contadas las tristezas,
Secreteada las penas,
Que hermosuras volveríamos a florecer,
embriagaríamos los corazones con aromas de retamas.