Verso Libre

Pastor

Tú no ves más que doscientos animales idénticos.
Yo conozco inclusive sus maneras de reírse.
Sí, se ríen.
Entrelazan sus pescuezos con el viento y danzan.

En las inhóspitas y desoladas montañas
en los caminos silenciosos y foscos
cotidianamente juntos caminamos
a veces ellos, a veces yo, lideramos la marcha.

Como los cánticos dolientes de Sebastián Bach
se dispersan…
Unas veces raudos y otras, calmos
hasta que sobre nosotros desciende la noche.

Cuando llegue el día establecido
a la madre tierra expresaré mis reconocimientos
a mi animalillo, mis gratitudes
y lo degollaré.
No desperdiciaré, una gota de su sangre…

Tan solo nosotros conocemos este mandato recíproco.
Tan solo nosotros sabemos quiénes somos
y aunque lloremos con esto, nos regocijamos un poco.

En las silenciosas dehesas,
yo soy el pastor.

El Misitu de Arguedas

Tayta Arguedas,
desde el hanan pacha estás contemplándonos
que esta noche de relámpagos estamos bailando y entonando
tu canto de toro velay que vibra en nuestros corazones
Mientras tu melodía en honor a tu Misitu estremece en la voz de la multitud,
nuestros comuneros cerca del wamani Qarwarasu ya están anunciándote
Ahora mismo la chicha y coquita están ofrendando
Para que les conceda la salida de tu Misitu.

Desde la pampa Qoñani tu Misitu se erige con sus ojos azulados
como el puma que asecha a su presa
Desde su morada, tu illa se prepara para defender su manada
y mueve su cabecita a nuestro tayta wamani como preguntando su destino.
Al ritmo de los zurriagos y el chillido de los waqrapukus
tu Misitu inicia su danza mágica en la explanada de su querencia.
Caminando entre los pedregales y pajonales se refleja en el agüita del puquial
Avanza y retrocede como invitando al compás de su baile enseñoreado
El ayer y el hoy se reencontrarán en esta linda convivencia
para abrirse a un nuevo resplandor.

Qué aguerrido y bravo tu Misitu nos miraba para un costadito
hasta su cola despampanante flameaba como los zurriagos del ganadero
hasta sus cuernos puntiagudos como el arco iris estaban brillando
a quién corneará cuando mañana juegue en la plaza del toril
De quién su sangre beberá para alimentar sus entrañas.

Cuando la melodía del waqrapuku resuena en el pueblo
Lleno de furia y coraje tu Misitu ingresa a la plaza de toros
Con qué fuerza respira y brama frente a los espectadores enmudecidos
Pisotea, corretea y se prepara para embestirlos como al diablo.
Con sus pasos y movimientos revive nuestra yawar fiesta.

Tu canto del toril aviva nuestra querencia, tayta Arguedas
Con el arpa y el violín entonando estamos en la tierra que engendra tus sueños
y tu Misitu disfrutando la gran celebración con tus hermanos forjadores.

Tayta Arguedas,
Tu Misitu adornado con su enjalma multicolor volverá a su estancia
Embriagado con nuestra música y los cantos de despedida
Rejuvenecido y fortalecido se enrumba por la senda para ingresar a su morada
Qoñani cual madre cariñosa abre sus brazos para abrigar a tu Misitu
Ahí mismito vivirá retoñando nuestra cultura.

Ch’awiyuyu mama

Hierbita linda,
de florcita amarilla,
de pollerita verde,
bonito creces sobre los ríos,
con el calor del sol,
a la sombra de la luna.

Alegre creces
como mis huahuas,
con las gotitas de la nube
y con mi cariño también,

linda mujer,
bonito naces
desde la tierra,
con tu sombrerito amarillo
y tu pollerita verde.

Mujer con gracia,
nunca me faltas,
como ch’uñu mama,
todo el año creces
como mi huahuita.

Cuando ya nada crece,
cuando todo se marchitó,
con tus gotas de rocío
limpias la carita de mis huahuas,
y tus hojitas verdes
bonito nos das de comer,
con sabor a hierbabuena.

Cada día,
con tu tallo blanco,
llenas nuestra negra pancita,
por eso alegres jugamos
en la orilla de los ríos,
con la barriga bombo bombito
con la pancita t’iqi t’iqicha.

Reina silvestre,
que bonito creces
como mi huahua,
con sombrerito amarillo,
con pollerita verde,
con el calor de inti tayta
con mi cariño también.

Si mi amor me abandona,
olvidando sus huahuas,
mirando tus hojas
con las barriguitas t’iqi t’iqicha
con la pancita bombo bombito
ya nunca lloraría.

El Arcoíris

Ruidosamente la lluvia está llegando
la chacra se llena de frescor
los árboles se mecen sensuales a la lluvia
los cerros comienzan a soltar desde lo alto
sus brillantes cabellos de plata.

—Yo también, quiero jugar con la lluvia
salpicando el agua correteo
de pronto en el cielo veo
¿Qué es aquello que está brillando?
con sus colores mis ojos está alegrando?

“Observa bien, me decía mi abuela…
el sol con los colores está jugando
para ello, la tierra de muchos colores hay que adornar”
Mirando los sembradíos me decía mi abuela:
“De verde, de rojo, de amarillo, de rosado
de azul, de naranja, de morado…
Y la Madre Tierra se alegrará
con el agua de la lluvia
con el calor del sol
y el amor de los hombres
el arcoíris creará.”
Me decía mi abuela…

Lluvia suave, Lluvia buena

La lluvia está llegando
el cerro está tramontando
soplando junto al viento
lluvia suave de gotas finas
a la Madre Tierra está despertando.

Levanto mi rostro
la recibo con plenitud
su agua clara me acaricia
¡Qué alegría! Me llena de risa.

¡Que llueva para los gusanitos!
¡Que llueva para los gusanitos!
Canta alegre el pájaro chiwanku
El también, la lluvia está llamando.

¡Klack! ¡klack!
La rana María en el charco está cantando
Junto a la lluvia al sapo está esperando.
Lluvia suave, lluvia buena
la Madre Tierra en su regazo te recibe
en sus ríos corres
en sus mares te almacena.

¡Llueve! ¡Llueve! suplica el maíz
su espiga cobriza te ofrece
sus dientes blancos te sonríen.
¡Tack! ¡Tack! ¡Tack!
Gotas finas acarician en la chacra el maizal.
Lluvia suave, para todos lluvia buena.