Madre lago
Titicaca, útero de agua
Perla relumbrante, lágrima del cielo
Todo ojos te contemplo, jubiloso
Y mi vida fluye plenamente
Por tus aguas violáceas
Cada día por la mañana
El padre sol te asedia
Y en su dorada boca de fogón
Resplandeces en medio de cerros:
Ya verde, ya rojiza
Ya lila, ya ocre
Y cuando llega el mediodía
Tus aguas son el vasto espejo
Donde se reflejan los apus
Dioses coronados de nieve
Y bajo la lúgubre noche
Te extiendes como una manta
/de luto
Hendido por gélidos vientos;
Y el rayo que truena y resplandece
Urde sinuosas tramas
En tus aguas revueltas
Retamita
Retama- retamita,
Florcilla amarilla en la orilla del río,
si tuvieras piecitos te escaparías de la helada,
no dejarías quemar tus lindas flores de retama,
seguirías con tu rostro de manzanita roja.
Retama-retamita,
florcilla amarilla en la orilla de los ríos,
si tus ojos fueran negros, como los míos,
juntas lloraríamos perla tras perla,
«chilinn-chillin» gotearían a la madre tierra,
entonces escucharías nuestros torcazas:
aprenderían a conocer la tristeza de las mujeres,
sabrían como se malgasta las lágrimas de las mujeres.
Retama- retamita,
Retamita del rio cristalino,
Si tuvieras boquita de mujer,
que linduras no desgranaríamos,
nos secreteáramos nuestras vidas de solteras-manzanas,
también te diría quien deshoja nuestras flores,
te señalaría quien marchita nuestras semillas.
Contadas las tristezas,
Secreteada las penas,
Que hermosuras volveríamos a florecer,
embriagaríamos los corazones con aromas de retamas.
Ch’awiyuyu mama
Hierbita linda,
de florcita amarilla,
de pollerita verde,
bonito creces sobre los ríos,
con el calor del sol,
a la sombra de la luna.
Alegre creces
como mis huahuas,
con las gotitas de la nube
y con mi cariño también,
linda mujer,
bonito naces
desde la tierra,
con tu sombrerito amarillo
y tu pollerita verde.
Mujer con gracia,
nunca me faltas,
como ch’uñu mama,
todo el año creces
como mi huahuita.
Cuando ya nada crece,
cuando todo se marchitó,
con tus gotas de rocío
limpias la carita de mis huahuas,
y tus hojitas verdes
bonito nos das de comer,
con sabor a hierbabuena.
Cada día,
con tu tallo blanco,
llenas nuestra negra pancita,
por eso alegres jugamos
en la orilla de los ríos,
con la barriga bombo bombito
con la pancita t’iqi t’iqicha.
Reina silvestre,
que bonito creces
como mi huahua,
con sombrerito amarillo,
con pollerita verde,
con el calor de inti tayta
con mi cariño también.
Si mi amor me abandona,
olvidando sus huahuas,
mirando tus hojas
con las barriguitas t’iqi t’iqicha
con la pancita bombo bombito
ya nunca lloraría.